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jueves, 29 de noviembre de 2018

Hacer jabones da mucho juego


Hacer jabones da mucho juego, y me refiero a que se puede jugar con mil y una formas, colores y olores.
Desde el principio de hacer jabones tuve claro que el olor que tendrían los jabones que hacía sería obtenido de aceites esenciales, nada de sintéticos, aromas artificiales ni nada que no tuviera que ver con la obtención de un aceite esencial a partir de una planta.
Con respecto a los colores siempre he usado el color que da los ingredientes. Me parece muy bonito el color de una pastilla de jabón hecha solo con aceite de oliva, da aspecto natural, rústico y sencillo, y eso a mí me encanta.
Así que no uso colorantes de ningún tipo que no vaya a conferir alguna propiedad al jabón. El color que tienen mis jabones lo proporciona los ingredientes como he dicho antes, y estos pueden ser tanto de los aceites en sí, como los aditivos naturales que añado a la fórmula, como algas, barros, cacao, arcillas, tanto verde, negra, roja y blanca, café, y seguro que se me olvida alguno.


Y luego queda la forma del jabón, la gran mayoría los hago rectangulares, es lo más cómodo, en cuanto a molde y forma de cortarlo después, algunos he hecho de forma redonda. Sin hablar de los moldes de silicona que venden con multitud de formas diferentes, si se echa un vistazo al blog se podrá identificar algunos.


Hace algunos años me encargaron un jabón en forma de pila, pero con dos polos positivos, sí, sí, con las dos protuberancias. Si hubiera sido una pila normal (con su polo negativo y positivo) hubiera sido menos difícil, pero al tener dos polos positivos, la cosa se complicó, y mucho. Conseguí hacer una, y quedó bastante conseguida, pero el pedido era de un número elevado de jabones en forma de pila, y viendo el proceso que llevaba hacer una sola y lo complicado que iba a ser, no asumí el pedido. No siempre hay que decir que sí a todo 😉
Hace algunos años me dieron un molde artesanal hecho de silicona con forma de romanescu. Como la crucífera es verde pensé utilizar el molde cuando hiciera jabón de arcilla verde por ejemplo, por asemejarlo a la realidad, pero no sé qué pasó que algo no hice bien que no resultó, el jabón salió blando y no se desmoldó bien. Y ahí quedó guardado en un rincón esperando a ser utilizado de nuevo pacientemente.
Esta semana he hecho jabón de coco 100%, y cuando digo 100%, es que solo lleva aceite de coco. Es un jabón que me encanta, blanco, duro, espumoso, muy limpiador e hidratante, eso sí, hay que esperar al menos un año para su maduración y tenga todas esas propiedades.
Así que me acordé y utilicé el molde de silicona al hacer el jabón de coco, y el resultado es el de la foto. A mí me encanta. 😊


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6 comentarios:

  1. YO, . . . EL JABON

    “Contra el virus, . . . solución.”

    Lisonja en versos, castalia,
    provengo de bella Italia,
    soy benéfica sustancia,
    de leyenda añeja, rancia.

    Fui casual descubrimiento,
    preclaro sitio, portento,
    cuentan que, en el Monte Sapo,
    cerca de Roma, muy sacro.

    Ardía el fuego, en artificios,
    de animales sacrificios,
    la lluvia, gran invitada,
    grasa de éstos arrastraba.

    Al igual que a las cenizas,
    a corrientes que, en sus prisas,
    bajaban pronto, a la base,
    donde esclavos, triste clase.

    Lavaban la ropa de amos,
    en el Tíber, sin reclamos,
    con agua simple, así aseaban,
    los cautivos, . . . me buscaban.

    Sin quererlo, pues, casual,
    de una manera informal,
    fui hallado, bien encontrado,
    por eso digo encantado:

    Soy una sustancia básica,
    soy sal sódica, potásica,
    por designio de Dios, dado,
    el más feliz resultado.

    De una química reacción,
    la saponificación,
    de un álcali, que da abrazo,
    a un lípido, ente graso.

    La industria tengo por casa,
    ella, mi destino traza,
    produciéndome, me anima,
    empleando materia prima.

    Los aceites vegetales
    que, para mí, son vitales,
    coco, soja, oliva, lino,
    maíz, algodón, divino.

    Los aceites animales,
    que tengo por esenciales,
    pescado, rica manteca
    de cerdo, la que no peca.

    En el agua me disuelvo,
    la impureza, yo, resuelvo,
    microalimañas me temen,
    acabo con todo germen.

    Muy formal, en sociedad,
    prolijo, hasta la saciedad,
    les doy mil satisfacciones,
    en tipos, combinaciones.

    Idem, jabón de Marsella,
    que de Castilla, de brea,
    de aceite, para afeitar,
    el artesanal, . . . buscar.

    Jabón de Alepo, de coche,
    de glicerina, cual broche,
    azul y blanco portugués,
    por siempre estoy a sus pies.

    Pulcros, amigos humanos,
    tallen conmigo sus manos,
    cara, cuerpo, por cabeza,
    así empieza la limpieza.

    Desinfectar todo, ropa,
    sus enseres, me provoca
    ser baluarte de la higiene,
    quien quiera mi acción la tiene.

    Líquido, en polvo, pastilla,
    gel, de salud soy semilla,
    prevengo contagios, presto,
    a protegerlos me apresto.

    Como el leal detergente
    de la vida, fiel agente,
    la inmundicia tal se esfuma
    usándome, olor y espuma.

    Soy el jabón, soy salubre,
    los cuidaré de la mugre,
    de la insana suciedad,
    del virus, de su maldad.

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    Ciudad de México, a 02 de abril del 2020
    Dedicado a todos los fabricantes del maravilloso jabón . . .
    Reg. SEP. Indautor (en trámite)

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    Respuestas
    1. Gracias, muy bonito, y perdón por la tardanza en publicar tu comentario. Saludos.

      Eliminar
  2. Respuestas
    1. Muchas gracias y disculpa por la tardanza en publicar tu comentario. Saludos.

      Eliminar
  3. Y ese espectacular molde dónde se consigue?
    Me encanta!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿A qué molde te refieres? Supongo que al de la última foto, verdad?
      Me lo hicieron y regalaron, está hecho con silicona, y es el molde de un romanesco. Saludos.

      Eliminar

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