Hacer jabones da
mucho juego, y me refiero a que se puede jugar con mil y una formas, colores y olores.
Desde el principio
de hacer jabones tuve claro que el olor que tendrían los jabones que hacía
sería obtenido de aceites esenciales, nada de sintéticos, aromas artificiales
ni nada que no tuviera que ver con la obtención de un aceite esencial a partir
de una planta.
Con respecto a los colores
siempre he usado el color que da los ingredientes. Me parece muy bonito el color
de una pastilla de jabón hecha solo con aceite de oliva, da aspecto natural, rústico
y sencillo, y eso a mí me encanta.
Así que no uso
colorantes de ningún tipo que no vaya a conferir alguna propiedad al jabón. El
color que tienen mis jabones lo proporciona los ingredientes como he dicho
antes, y estos pueden ser tanto de los aceites en sí, como los aditivos
naturales que añado a la fórmula, como algas, barros, cacao, arcillas, tanto
verde, negra, roja y blanca, café, y seguro que se me olvida alguno.
Y luego queda la forma
del jabón, la gran mayoría los hago rectangulares, es lo más cómodo, en cuanto
a molde y forma de cortarlo después, algunos he hecho de forma redonda. Sin hablar
de los moldes de silicona que venden con multitud de formas diferentes, si se
echa un vistazo al blog se podrá identificar algunos.
Hace algunos años me
encargaron un jabón en forma de pila, pero con dos polos positivos, sí, sí, con
las dos protuberancias. Si hubiera sido una pila normal (con su polo negativo y
positivo) hubiera sido menos difícil, pero al tener dos polos positivos, la
cosa se complicó, y mucho. Conseguí hacer una, y quedó bastante conseguida,
pero el pedido era de un número elevado de jabones en forma de pila, y viendo el
proceso que llevaba hacer una sola y lo complicado que iba a ser, no asumí el
pedido. No siempre hay que decir que sí a todo 😉
Hace algunos años me
dieron un molde artesanal hecho de silicona con forma de romanescu. Como la
crucífera es verde pensé utilizar el molde cuando hiciera jabón de arcilla
verde por ejemplo, por asemejarlo a la realidad, pero no sé qué pasó que algo
no hice bien que no resultó, el jabón salió blando y no se desmoldó bien. Y ahí
quedó guardado en un rincón esperando a ser utilizado de nuevo pacientemente.
Esta semana he hecho
jabón de coco 100%, y cuando digo 100%, es que solo lleva aceite de coco. Es un
jabón que me encanta, blanco, duro, espumoso, muy limpiador e hidratante, eso
sí, hay que esperar al menos un año para su maduración y tenga todas esas
propiedades.
Así que me acordé y
utilicé el molde de silicona al hacer el jabón de coco, y el resultado es el de
la foto. A mí me encanta. 😊
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